Hola, 2025.
Hola 2025
No sé tú, pero yo prácticamente no me he dado cuenta y, de repente, ya estamos en 2025.
Muchas personas sienten algo casi mágico en el primer día de un nuevo año. Algo así como una sensación de página en blanco, de posibilidad.
No obstante, esta sensación no la tiene todo el mundo. Y de hecho, a veces lo que se da es más bien cierta presión implícita relacionada con la expectativa de tener que cerrar el año anterior con un balance perfecto y abrir el nuevo año con una lista clara de propósitos, como si de un ritual obligatorio se tratara.
Y yo hoy vengo a proponer el soltar un poco de esa carga. Espero no llegar tarde.
Porque, ¿y si no tienes ganas de hacer balance? ¿Y si no tienes fuerzas para ponerte objetivos? ¿Y si simplemente quieres estar aquí, ahora, con lo que hay?
Vamos a hablar de eso.
---
*El cierre de año no es un examen obligatorio.
Y es que, déjame recordar algo: no hay un “deber ser / tener que ser” cuando se trata de nuestra experiencia interna. No tienes por qué cerrar el año con un informe detallado de tus logros y fracasos. No tienes por qué revisar cada momento complicado bajo una lupa emocional.
La mente, muchas veces, funciona como una sala de juicios interminable: “Deberías haber hecho esto”, “No estuviste a la altura en aquello”. Pero lo dicho: no estás obligada/o a escuchar cada pensamiento que te atraviesa y, sobre todo, a tomarlo como si fuera el jefe de tu vida.
Si sientes que no estás preparada/o para enfrentarte al resumen de 2024, está bien. Puedes dejarlo pasar. Puedes simplemente entrar en este nuevo año con la certeza de que, aunque no lo tengas todo claro, aunque no hayas atado cada cabo suelto, sigues aquí. Y eso, en sí mismo, es suficiente.
---
* Propósitos: una elección, no una imposición
La llegada de enero viene acompañada, invariablemente, de la famosa lista de propósitos. Ir al gimnasio, leer más libros, aprender un idioma, dormir mejor, comer más sano…
{ En este punto, hacemos una breve parada para recordarte que si sientes que este es el momento de iniciar una dieta, modificar la forma o peso de tu cuerpo, o cualquier acción coherente con las presiones estéticas de nuestra cultura y nuestros tiempos, piénsalo dos veces. Si me preguntas a mi, es una idea de m*erd* que seguramente sólo te traiga costes y daños a medio plazo } .
Entonces, ¿ qué pasa si no quieres hacer una lista? ¿Y si este año no te sientes en disposición de comprometerte con grandes cambios?
Eso también está bien. Los propósitos pueden ser herramientas útiles cuando surgen desde un lugar auténtico, desde el deseo genuino de crecer o mejorar en algo. Pero cuando se convierten en una obligación autoimpuesta, pierden su sentido y se transforman en una fuente más de estrés.
En lugar de una lista interminable de objetivos, tal vez este año puedas elegir una dirección. No un destino exacto, sino un camino que resuene contigo. Algo tan sencillo (y a la vez tan poderoso) como: “Quiero ser más amable conmigo misma”, o “Quiero pasar más tiempo con las personas que me importan”.
El compromiso no está en tachar metas de una lista; está en regresar, una y otra vez, a lo que realmente importa.
Y si necesitas ayuda para ello, al final de esta entrada tienes la forma de contactarnos.
---
*Unas perlas personales: sí, a los psicólogos también nos atiza la vida.
En mi caso, 2024 no ha sido un año fácil. Ha habido estrés, demasiados días con el piloto automático encendido y otros en los que, simplemente, las fuerzas no daban para más. Incluso malos hábitos que se colaron sigilosamente en mi rutina y tardé demasiado en reconocer.
En lo profesional, ha habido momentos de duda, de incertidumbre. Proyectos que no salieron como esperaba, retos que me hicieron cuestionar si estaba en el camino correcto. Y en lo personal, también ha habido hueco para alguna bofetada: rupturas, personas importantes que no las sentí a la altura cuando más las necesitaba y silencios que pesaron como una losa.
Te cuento esto no por desahogarme, buen dinero le pago para ello a mi terapeuta, sino porque creo que es importante decirlo: creo que nadie tenemos demasiada escapatoria de los vaivenes de la vida. Parece ser que ser psicólogo no me hace inmune al dolor, a la confusión o a los días grises. Maldita sea.
Lo que sí puedo decirte es que, a pesar de todo, aquí estoy. Aquí estamos. Tal vez con algunas cicatrices más, pero también con aprendizajes valiosos y con la casa bien barrida, amiga.
De vez en cuando me gusta recordarme algo: Carlos, aprecia el viaje. Así que nada, hostiadas, crecidas, dañadas, esperanzadas o aprendidas…vamos a ver qué hay por descubrir en el viaje 2025.
---
*Y tú, ¿qué te llevas de 2024?
Ahora me gustaría escucharte a ti. Porque cada uno de nosotros cierra el año con su propia maleta emocional, llena de momentos, lecciones, pequeñas victorias y derrotas amargas.
¿Qué ha sido lo más significativo para ti este año?
¿Hay alguna experiencia que sientas que te ha cambiado, aunque sea un poco?
¿Algo que te gustaría llevar contigo a 2025?
No tienes que tener respuestas perfectas. No tienes que tenerlo todo claro. Tal vez basta con quedarte con una sensación, un recuerdo o una palabra que resuene contigo.
Porque al final, más allá de los balances y los propósitos, lo importante es que sigamos adelante, con la humildad de aceptar lo vivido y la valentía de abrirnos a lo que venga.
Gracias por acompañarme este año. Gracias por estar al otro lado.
Bienvenido, 2025. Aquí seguimos.
Hasta pronto.
Puedes encontrarnos en:
Web: www.moverepsicologia.com
Instagram: @moverepsico